¿Qué ver en Kilkenny? Guía de viaje para conocer la ciudad

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La ciudad de Kilkenny es a su vez la capital del condado con el mismo nombre. A tan solo 1 hora y media de Dublín, la capital de  Irlanda, esta pequeña ciudad sorprende por su belleza medieval.

A la ciudad se le conoció durante siglos como “la ciudad del mármol”, ‘the Marble City’, debido al uso de una piedra caliza negra que se usaba como adorno en sus edificios muy pulida, de manera que recordaba al mármol.

Con una población que no sobrepasa los 10.000 habitantes —aunque incluyendo alrededores, la cifra se sitúa entorno a los 25.000— es la ciudad más pequeña de Irlanda, tanto por su área como por su poblacion, lo que la convierte en una ciudad muy cómoda, manejable y hospitalaria donde poder realizar un curso de verano en el extranjero por primera vez. Lo mejor prueba de ello es que todo el mundo se saluda por las calles usando los nombres de cada uno, señal de que se conocen entre todos y de que se respira un agradable ambiente familiar.

 

¿Qué ver en Kilkenny?

Como ya hemos dicho, lo más característico de la ciudad es su conjunto arquitectónico medieval —además de la naturaleza que la rodea—, lo que dota a Kilkenny de un encanto especial al perderse por sus calles.

Además de la cerveza Guinness y la fiesta de San Patricio, Irlanda es una tierra que esconde veraderas joyas históricas, como son sus castillos de leyenda y, sin lugar a dudas, el castillo de Kilkenny es una de las principales atracciones turísticas.

El castillo de Kilkenny

Situado en un terreno elevado en la ribera del río Nore, este famoso castillo normando del año 1190, sirvió como morada a la dinastía Butler de Ormonde desde el siglo XIV hasta que el 6° marqués de Ormonde se lo ofreció a la ciudad de Kilkenny por la irrisoria cifra de 50 libras en 1967. Un comité fue el encargado de restaurarlo y poco tiempo después, pasó a manos del Estado para ser finalmente abierto a todo el público que se acerca a visitarlo —de acuerdo con el último dato publicado referente al año 2014, el récord de visitantes se establece en 259,250 personas—.

Con la entrada al castillo puedes aprovechar un magnífico tour con el que visitar el ala de la pinacoteca y cada rincón y pasillo de la biblioteca, con su esquema de colores psicodélicos.

Si por lo que sea no te apetece el tour, puedes optar por la versión cómoda y virtual —además de gratuita, ya que sólo hay que pagar entrada para ver el resto del castillo— de quedarte en la Sala Medieval de la torre sur, donde podrás ver una película que te resumirá en 12 minutos los 500 años de la historia más reciente del castillo.
Kilkenny Castillo

‘Canal Walk’

Sin duda, un paseo por las orillas del río Nore es de obligado cumplimiento al estar en Kilkenny. Y no porque lo diga yo, si no porque una vez que estés frente al Canal Walk, serán tus propias piernas las que se autodirijan inconscientemente hacia su camino.

A la sombra del imponente castillo, este romántico paseo te conduce a lo largo del antiguo canal, custodiado siempre por altos árboles,  viejos molinos y bancos en los que reposar y disfrutar de las vistas y los sonidos que lo envuelven. Siguiendo el curso natural del río, el camino te lleva varios kilómetros fuera de Kilkenny, llegando a través del campo al pictoresco pueblecito de Inistioge. Es muy común ver a todo tipo de gente recorriéndolo a pie, en bici, con patines…

Kilkenny Canal Walk

La Abadía Negra

Fue fundada por William Marshall, Conde de Pembroke, en 1225 para los monjes dominicos. No se sabe muy bien por qué se denomina de esta manera. Hay quien dice que es debido a que los dominicos utilizaban una capa negro sobre su blanco hábito, o quien defiende que el origen de su nombre se debe a la plaga de peste negra que asoló la región en el siglo XIV.

Lo cierto es que su historia es bastante negra: Enrique VIII ordenó la expulsión de los dominicos que allí residían en 1543. Un siglo más tarde, el político y militar inglés, Oliver Cromwell, la convirtió en los juzgados para después incendiarla y  arrasarla, dejando únicamente los muros en 1650. Su objetivo fue convertirla en establo para terminar así con el intento de la confederación irlandesa de mantener la fé católica en la ciudad.

Después, tras ser restaurada parcialmente en 1778, se convirtió en lugar público de culto en 1814 al levantarse en ella una iglesia. Actualmente, sigue abierta al público y se puede asistir a la misa diaria.

Kilkenny Abadía Negra

Catedral de St. Canice

La catedral de St. Canice toma su nombre de la ciudad Cill Chainnigh, que en irlandés significa iglesia de Canice. La catedral es muy bonita por dentro, en gran parte por la belleza de sus vidrieras, pero sin duda la guinda del pastel es la subida a la torre.

Un consejo: elegid bien el día para visitarla para evitar que un cielo nublado os estropee la estampa. Y una advertencia: ¡¡Tened cuidado con las escaleras verticales de madera, no aptas para personas con vértigo o dificultad de movimientos!! Además, es importante tener en cuenta que sólo está permitida la subida a niños mayores de 12 años.

Kilkenny Catedral St. Canice

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