En un mundo cada vez más globalizado, la capacidad de adaptarse a otras culturas es una competencia fundamental. Los estudiantes que se embarcan en programas académicos en el extranjero deben prepararse para una inmersión no solo lingüística, sino también cultural, que puede durar desde un trimestre hasta un curso escolar completo.
El Dr. Michael Paige afirma que toda experiencia internacional es emocionalmente intensa y presenta numerosos retos. Por ello, la preparación para la experiencia resulta fundamental, ya que de ella dependerá que el “aterrizaje” en nuestro nuevo destino sea más sencillo. Esta preparación debe proporcionar a los alumnos una serie de herramientas esenciales, de las que puedan ayudarse cuando ellos las necesiten.
Choque cultural: ¿Cómo afrontarlo?
Es importante destacar que el choque cultural es un fenómeno inevitable. Toda persona que se sumerge en una cultura distinta a la suya experimentará, en mayor o menor medida, los efectos de este proceso.
El choque cultural se caracteriza por sentimientos de desorientación, ansiedad y frustración que surgen cuando las expectativas y rutinas habituales se ven desafiadas por nuevas formas de percibir la realidad o el mundo. En este sentido, resulta imprescindible detectar lo que nos está pasando y ser conscientes de que ese malestar que sufrimos se debe al choque cultural, con el fin de utilizar las herramientas necesarias para paliar sus efectos.
Etapas del choque cultural
Además, cabe destacar que el choque cultural se compone de varias etapas, que se podrían definir de la siguiente manera:
- Luna de Miel: Esta es la primera fase, en la que todo lo nuevo nos resulta fascinante y emocionante. Nos sentimos como si estuviésemos de vacaciones.
- Choque Cultural: Aparecen dificultades y sentimientos negativos al experimentar importantes diferencias culturales. Estas experiencias pueden causar frustración, puesto que no cumplen nuestras expectativas. La barrera del idioma también juega un papel fundamental en esta fase. En esta etapa comenzamos a sentir “morriña” y a echar de menos la vida en nuestro país de origen.
- Recuperación o Reajuste: Durante este periodo comenzamos a comprender por qué las cosas se realizan de cierta manera, respetando las tradiciones y costumbres; y comenzamos a sentirnos más cómodos y con mayor confianza para adaptarnos a la nueva realidad y superar las dificultades. Es decir, aquí comenzamos a desarrollar estrategias para gestionar y entender mejor la cultura en la que estamos inmersos.
- Adaptación: En esta última etapa alcanzamos un equilibrio y nos sentimos cómodos en nuestra nueva cultura. Desarrollamos hábitos y rutinas dentro de nuestro nuevo país; ya no nos sentimos aislados y comenzamos a sentirnos “como en casa”.
Proceso de ajuste cultural y personal
El ajuste cultural es el proceso mediante el cual las personas logramos adaptarnos adecuadamente a una nueva cultura. Por ello, es importante conocer qué cuestiones pueden ayudarnos en este proceso:
- Apertura de mente y flexibilidad: Estar dispuesto a aceptar y adoptar nuevas formas de vida es fundamental y necesario, así como ser flexible ante distintas situaciones y problemas.
- Conocimiento cultural: Aprender sobre la cultura anfitriona antes de la inmersión puede reducir los efectos choque cultural.
- Redes de Apoyo: Tener una red de personas que entiendan la experiencia de adaptación también puede ser de gran ayuda.
- Habilidades de Comunicación: Mejorar las habilidades lingüísticas y de comunicación intercultural facilita la integración.
Los jóvenes que superan el choque cultural y se ajustan a nuevas realidades desarrollan una resiliencia y una perspectiva global que los convierte en ciudadanos del mundo, capaces de resolver problemas globales. Sin duda, este viaje, aunque lleno de retos, es una oportunidad para el crecimiento y la transformación personal.